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Cofenat en los medios
Medio: Mi Herbolario
Fecha: 11/03/2021
Autor: Mi Herbolario
Cita: COFENAT
Tipo: Prensa
Experto: José Trujillo, socio COFENAT nº 11364
Centro Hygea, luchando contra los efectos de la pandemia con terapias naturales
Hace casi dos años que José Trujillo y su socia Lamia Debbaghi Ben Amar dieron luz verde a un proyecto ilusionante: su propio centro de terapias naturales en Málaga. Juntaron sus años de experiencia y nació Hygea, por donde pasan clientes de todas partes del mundo que ahora buscan ayuda para luchar contra las consecuencias del coronavirus
José Trujillo lleva casi dos décadas dedicado a las terapias, y no ha dejado de estudiar durante todo este tiempo. Ha trabajado en diferentes escuelas, se ha especializado en Osteopatía y continúa estudiando y enseñando. El proyecto Hygea, que co-dirige con Lamia Debbaghi Ben Amar nació en 2019 con el objetivo de darle una oportunidad al trabajo que los dos llevaban tanto tiempo desarrollando.
En Hygea podemos encontrar gran variedad de servicios de trabajo físico y emocional: desde Osteopatía (estructural o craneosacral y visceral, cuyos cursos pretenden continuar ampliando a lo largo de este año), Quiromasaje, Masaje tradicional tailandés, entre otros. José nos cuenta que “la gente viene a cuidarse, a trabajar su dolencia, a tener un mantenimiento y a tratar de tener una higiene de vida y trabajar su mundo emocional que le genera tensiones”, aunque también pasan por su centro personas que buscan “formarse en nuestros cursos y seminarios”. Él explica que entre sus clientes hay desde personas muy jóvenes hasta personas mayores, y también muchos deportistas.
José está enamorado de su trabajo, y eso se percibe cuando hablas con él. Cuenta que es un oficio muy vocacional, y que para dedicarse a ello hay que “disfrutar con el trabajo, ser empático y tener una buena formación”, lo cual explica que tanto él como Lamia continúen formándose. Ella, de hecho, está terminando el grado de Psicología. “Tiene que gustarte ayudar a la gente, y también necesitas cada vez unos conocimientos más profundos sobre la Fisiología, la Anatomía y sobre el conocimiento del mundo emocional”, explica.
A Hygea se acerca mucha gente para trabajar el estrés, el miedo y la angustia. Y, aunque haya personas que no lo verbalicen, desde el centro lo detectan, porque en su modo de trabajar se “lee el cuerpo” y tratan de ver “cómo va dejando eso huella, es decir, las tensiones, el bloqueo estructural o la falta de sueño. Todo esto le baja la vitalidad y, por lo tanto, el bienestar a las personas”.
El éxito de sus terapias ha provocado que en Hygea puedan vivir prácticamente del boca a boca, es decir, de la buena fama que se han ganado entre sus clientes. Aun así, también recurren a Internet: “es importante estar presentes en las redes sociales, porque es donde está más pendiente la gente joven”, detalla Trujillo.
Las terapias naturales en tiempos de pandemia
El estrés que ha generado la pandemia ha hecho, según estudios recientes, que cada vez más gente se acerque a los centros de terapias naturales. José nos cuenta que ha tenido especial éxito la Osteopatía somatoemocional, en la que él se ha especializado. Este tipo de terapia estudia “la emoción, el hablar con la persona para tratar de ver dónde tiene la tensión físicamente y eso llevarlo a una estructura emocional o a una vivencia”. Y añade: “Tratamos a través del cuerpo físico y de la charla, que la persona tome conciencia de esos miedos, bloqueo o angustia y que se vaya liberando a través de la conversación y un proceso de maniobra”.
En Hygea nos comentan que durante estos casi dos años ha tenido muchos clientes extranjeros (ingleses, suecos, belgas, marroquíes y franceses, principalmente), pero el coronavirus ha provocado que se haya reducido drásticamente el número de pacientes internacionales. Sin embargo, José y sus compañeras han comprobado que esto está “favoreciendo que conozcamos al cliente más cercano, a los vecinos de Málaga, lo cual está siendo algo bastante positivo”.
Evidentemente ha habido un impacto económico debido a la COVID-19, y ellos están viviendo “una pequeña crisis, como la mayoría del sector”. Además, también se han visto afectados por las restricciones de horarios, y aunque los clientes “saben que vienen a un sitio seguro, hemos perdido a otros porque tienen miedo”. La pérdida de algunos clientes habituales por el miedo al contagio, así como la disminución de visitas de los que no son españoles, no compensa el hecho de que algunos vecinos malagueños estén empezando a acercarse al centro, sobre todo porque el cliente extranjero es más asiduo.
El coronavirus ha implicado “pérdida de libertad y ha provocado miedo, y la falta de tacto está derivando en diferentes patologías físicas. Esta necesidad de tacto la está cubriendo la Osteopatía en muchas personas, ya que el hecho de no tener contacto les está haciendo mal”, relata José.
Una de las terapias que podemos encontrar en Hygea que más llama la atención es la terapia biográfica. Lamia Debbaghi Ben Amar nos cuenta que es de orientación antroposófica -una filosofía del doctor Rudolf Steiner que está muy extendida en Alemania y Suiza- y que cada vez más se está implantando en España. “Trabajamos en base a la biografía de la persona, una visita a la vida, desde el nacimiento hasta el momento presente, y poco a poco van apareciendo las repeticiones, los patrones. Así vemos dónde han empezado los patrones de comportamiento que se van repitiendo”, nos cuenta Lamia.
Mirando al futuro con optimismo
Entre los objetivos que se han marcado en Hygea está continuar con sus actividades de formación, así como seguir explorando “la Terapia floral y el Quiromasaje y continuar promocionando el Masaje tailandés y la Osteopatía para los próximos meses”, resume José.
Antes del estallido de la pandemia habían comenzado a darle vida al Proyecto Fénix, cuyo objetivo es explorar y enseñar “la defensa personal femenina, que es importante para la salud, el bienestar y la integración”, según relata José, que también es profesor de artes marciales.
Respecto a las críticas de los más escépticos con la eficacia de este tipo de técnicas, defiende que “primero tienen que conocerlas para hacer un juicio propio, independientemente de lo que se diga”. Considera que deberían ver “en su propio cuerpo si les beneficia o no”. Aunque también piensa que los profesionales del sector tienen que hacer algo de autocrítica: “Las terapias tienen que ver en qué tenemos que mejorar y cómo llegar a un cuerpo para ayudar a la persona”, aunque defiende que no se siente “acomplejado de pertenecer a algo que es complementario”.
José ve positivamente los años venideros para las terapias naturales, y asegura que su regulación “está en manos del cliente que lo demanda, ya que cada vez se acerca más y sabe a dónde viene, conoce la calidad del servicio y la repercusión en su vida y su cuerpo”. Él piensa que “el propio consumidor de las terapias naturales es quien va a hacer que esto crezca y por lo tanto que se vaya regulando. Creo que vamos por buen camino”.
José Trujillo lleva casi dos décadas dedicado a las terapias, y no ha dejado de estudiar durante todo este tiempo. Ha trabajado en diferentes escuelas, se ha especializado en Osteopatía y continúa estudiando y enseñando. El proyecto Hygea, que co-dirige con Lamia Debbaghi Ben Amar nació en 2019 con el objetivo de darle una oportunidad al trabajo que los dos llevaban tanto tiempo desarrollando.
En Hygea podemos encontrar gran variedad de servicios de trabajo físico y emocional: desde Osteopatía (estructural o craneosacral y visceral, cuyos cursos pretenden continuar ampliando a lo largo de este año), Quiromasaje, Masaje tradicional tailandés, entre otros. José nos cuenta que “la gente viene a cuidarse, a trabajar su dolencia, a tener un mantenimiento y a tratar de tener una higiene de vida y trabajar su mundo emocional que le genera tensiones”, aunque también pasan por su centro personas que buscan “formarse en nuestros cursos y seminarios”. Él explica que entre sus clientes hay desde personas muy jóvenes hasta personas mayores, y también muchos deportistas.
José está enamorado de su trabajo, y eso se percibe cuando hablas con él. Cuenta que es un oficio muy vocacional, y que para dedicarse a ello hay que “disfrutar con el trabajo, ser empático y tener una buena formación”, lo cual explica que tanto él como Lamia continúen formándose. Ella, de hecho, está terminando el grado de Psicología. “Tiene que gustarte ayudar a la gente, y también necesitas cada vez unos conocimientos más profundos sobre la Fisiología, la Anatomía y sobre el conocimiento del mundo emocional”, explica.
A Hygea se acerca mucha gente para trabajar el estrés, el miedo y la angustia. Y, aunque haya personas que no lo verbalicen, desde el centro lo detectan, porque en su modo de trabajar se “lee el cuerpo” y tratan de ver “cómo va dejando eso huella, es decir, las tensiones, el bloqueo estructural o la falta de sueño. Todo esto le baja la vitalidad y, por lo tanto, el bienestar a las personas”.
El éxito de sus terapias ha provocado que en Hygea puedan vivir prácticamente del boca a boca, es decir, de la buena fama que se han ganado entre sus clientes. Aun así, también recurren a Internet: “es importante estar presentes en las redes sociales, porque es donde está más pendiente la gente joven”, detalla Trujillo.
Las terapias naturales en tiempos de pandemia
El estrés que ha generado la pandemia ha hecho, según estudios recientes, que cada vez más gente se acerque a los centros de terapias naturales. José nos cuenta que ha tenido especial éxito la Osteopatía somatoemocional, en la que él se ha especializado. Este tipo de terapia estudia “la emoción, el hablar con la persona para tratar de ver dónde tiene la tensión físicamente y eso llevarlo a una estructura emocional o a una vivencia”. Y añade: “Tratamos a través del cuerpo físico y de la charla, que la persona tome conciencia de esos miedos, bloqueo o angustia y que se vaya liberando a través de la conversación y un proceso de maniobra”.
En Hygea nos comentan que durante estos casi dos años ha tenido muchos clientes extranjeros (ingleses, suecos, belgas, marroquíes y franceses, principalmente), pero el coronavirus ha provocado que se haya reducido drásticamente el número de pacientes internacionales. Sin embargo, José y sus compañeras han comprobado que esto está “favoreciendo que conozcamos al cliente más cercano, a los vecinos de Málaga, lo cual está siendo algo bastante positivo”.
Evidentemente ha habido un impacto económico debido a la COVID-19, y ellos están viviendo “una pequeña crisis, como la mayoría del sector”. Además, también se han visto afectados por las restricciones de horarios, y aunque los clientes “saben que vienen a un sitio seguro, hemos perdido a otros porque tienen miedo”. La pérdida de algunos clientes habituales por el miedo al contagio, así como la disminución de visitas de los que no son españoles, no compensa el hecho de que algunos vecinos malagueños estén empezando a acercarse al centro, sobre todo porque el cliente extranjero es más asiduo.
El coronavirus ha implicado “pérdida de libertad y ha provocado miedo, y la falta de tacto está derivando en diferentes patologías físicas. Esta necesidad de tacto la está cubriendo la Osteopatía en muchas personas, ya que el hecho de no tener contacto les está haciendo mal”, relata José.
Una de las terapias que podemos encontrar en Hygea que más llama la atención es la terapia biográfica. Lamia Debbaghi Ben Amar nos cuenta que es de orientación antroposófica -una filosofía del doctor Rudolf Steiner que está muy extendida en Alemania y Suiza- y que cada vez más se está implantando en España. “Trabajamos en base a la biografía de la persona, una visita a la vida, desde el nacimiento hasta el momento presente, y poco a poco van apareciendo las repeticiones, los patrones. Así vemos dónde han empezado los patrones de comportamiento que se van repitiendo”, nos cuenta Lamia.
Mirando al futuro con optimismo
Entre los objetivos que se han marcado en Hygea está continuar con sus actividades de formación, así como seguir explorando “la Terapia floral y el Quiromasaje y continuar promocionando el Masaje tailandés y la Osteopatía para los próximos meses”, resume José.
Antes del estallido de la pandemia habían comenzado a darle vida al Proyecto Fénix, cuyo objetivo es explorar y enseñar “la defensa personal femenina, que es importante para la salud, el bienestar y la integración”, según relata José, que también es profesor de artes marciales.
Respecto a las críticas de los más escépticos con la eficacia de este tipo de técnicas, defiende que “primero tienen que conocerlas para hacer un juicio propio, independientemente de lo que se diga”. Considera que deberían ver “en su propio cuerpo si les beneficia o no”. Aunque también piensa que los profesionales del sector tienen que hacer algo de autocrítica: “Las terapias tienen que ver en qué tenemos que mejorar y cómo llegar a un cuerpo para ayudar a la persona”, aunque defiende que no se siente “acomplejado de pertenecer a algo que es complementario”.
José ve positivamente los años venideros para las terapias naturales, y asegura que su regulación “está en manos del cliente que lo demanda, ya que cada vez se acerca más y sabe a dónde viene, conoce la calidad del servicio y la repercusión en su vida y su cuerpo”. Él piensa que “el propio consumidor de las terapias naturales es quien va a hacer que esto crezca y por lo tanto que se vaya regulando. Creo que vamos por buen camino”.