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Cofenat en los medios
Medio: ElImparcial. Com México
Fecha: 11/11/2014
Autor: Agencias
Cita: APTN_Cofenat Valencia
Tipo: Prensa
Experto: José Ramón Llorente
Recomendaciones de cómo pasar el invierno sin enfermar
Encontrar la cura o el método preventivo del catarro común ha sido, y es, el santo grial de científicos y compañías farmacéuticas, pero de momento hay que conformarse con tan solo la existencia de fármacos y remedios que alivian los síntomas. “Podemos adoptar medidas para prevenirlo, pero es imposible asegurar que no caeremos en ellos”, destaca Jaime Jesús Pérez Martín, técnico de Salud Pública del Servicio de Prevención y Protección de la Salud de la Consejería de Sanidad y Política Social de Murcia.
Tomás Pomarola, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), comenta: “El problema es que existen más de 200 virus –el más común es el rinovirus– que causan catarro con síntomas similares a los de la gripe. La población confunde estos procesos infecciosos, de ahí la mala imagen que tiene la vacuna, porque muchos creen que inmunizarse anualmente es ineficaz, cuando lo que sucede en realidad es que están sufriendo un proceso viral distinto”. Así pues, para la influenza, existe la vacuna, que es efectiva en un 60-70 % de la población sana, "y útil para evitar las complicaciones graves que se pueden derivar de ella", según asevera Pérez Martín. ¿Pero cómo nos libramos del resfriado común? De difícil manera.
La vitamina C acorta la duración del catarro, pero no influye en su aparición" (Jesús Pérez, técnico de Salud Pública)
"El motivo principal por el que resulta complicado eludir estas infecciones virales reside en que mientras que en otoño o invierno la temperatura corporal es de 37 grados, la de la mucosa nasal (la puerta de entrada de los virus del resfriado) baja a 33 y 34. Este hecho favorece su supervivencia, y está asociado a que en los meses más fríos del año permanecemos hacinados en lugares comunes, favoreciendo su transmisión”, insiste Pomarola.
José Ramón Llorente, presidente de la Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales de la Comunidad Valenciana y de la Sociedad Española de Nutrición Ortomolecular, recuerda que, como dice el viejo dicho, "un resfriado dura una semana sin medicamentos y siete días con ellos". Sin embargo, propone atender los molestos síntomas reforzando nuestra respuesta inmunitaria. “Con caldos cuya composición se base en alimentos como la cebolla, el limón, el ajo o los zumos de vegetales, así como utilizando principios activos que fortalezcan la zona dañada, como el propóleo (resina de abejas), el aceite de orégano o las vitaminas del grupo B, entre otras”, enumera.
Esto sirve para aliviar los síntomas una vez pillado el resfriado, ¿pero no hay ningún alimento que lo prevenga? ¿Ni siquiera la vitamina C (recordemos que Linus Pauling, gran investigador en la materia, llegó a recibir el Nobel de Química en 1954)? Jesús Pérez Martín, técnico de Salud Pública, responde: “Parece estar limitada a acortar la duración de los catarros o resfriados, pero no influye en su aparición”.
Las únicas medidas eficaces de prevención de estos procesos virales pasan, en resumidas cuentas, por la higiene personal de nosotros y quienes nos rodean.
Estas son unas normas básicas:
Cubra su boca y nariz al toser y estornude en pañuelos de papel y tírelos a la basura.
Si no tiene pañuelo de papel, tosa y estornude sobre la manga de su camisa para no contaminarse las manos.
Evite tocarse con las manos los ojos, la nariz o la boca.
Lávese las manos frecuentemente con jabón (durante 15-20 segundos) y, sobre todo, después de toser o estornudar.
No comparta objetos personales de higiene o aseo (vasos, toallas…).
Ventile diariamente la casa, habitaciones y espacios comunes.
Limpie con frecuencia las superficies y objetos de uso común con productos de limpieza habituales (ropa, vajilla, encimeras, baño, pomos, juguetes, teléfonos…).
Tomás Pomarola, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), comenta: “El problema es que existen más de 200 virus –el más común es el rinovirus– que causan catarro con síntomas similares a los de la gripe. La población confunde estos procesos infecciosos, de ahí la mala imagen que tiene la vacuna, porque muchos creen que inmunizarse anualmente es ineficaz, cuando lo que sucede en realidad es que están sufriendo un proceso viral distinto”. Así pues, para la influenza, existe la vacuna, que es efectiva en un 60-70 % de la población sana, "y útil para evitar las complicaciones graves que se pueden derivar de ella", según asevera Pérez Martín. ¿Pero cómo nos libramos del resfriado común? De difícil manera.
La vitamina C acorta la duración del catarro, pero no influye en su aparición" (Jesús Pérez, técnico de Salud Pública)
"El motivo principal por el que resulta complicado eludir estas infecciones virales reside en que mientras que en otoño o invierno la temperatura corporal es de 37 grados, la de la mucosa nasal (la puerta de entrada de los virus del resfriado) baja a 33 y 34. Este hecho favorece su supervivencia, y está asociado a que en los meses más fríos del año permanecemos hacinados en lugares comunes, favoreciendo su transmisión”, insiste Pomarola.
José Ramón Llorente, presidente de la Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales de la Comunidad Valenciana y de la Sociedad Española de Nutrición Ortomolecular, recuerda que, como dice el viejo dicho, "un resfriado dura una semana sin medicamentos y siete días con ellos". Sin embargo, propone atender los molestos síntomas reforzando nuestra respuesta inmunitaria. “Con caldos cuya composición se base en alimentos como la cebolla, el limón, el ajo o los zumos de vegetales, así como utilizando principios activos que fortalezcan la zona dañada, como el propóleo (resina de abejas), el aceite de orégano o las vitaminas del grupo B, entre otras”, enumera.
Esto sirve para aliviar los síntomas una vez pillado el resfriado, ¿pero no hay ningún alimento que lo prevenga? ¿Ni siquiera la vitamina C (recordemos que Linus Pauling, gran investigador en la materia, llegó a recibir el Nobel de Química en 1954)? Jesús Pérez Martín, técnico de Salud Pública, responde: “Parece estar limitada a acortar la duración de los catarros o resfriados, pero no influye en su aparición”.
Las únicas medidas eficaces de prevención de estos procesos virales pasan, en resumidas cuentas, por la higiene personal de nosotros y quienes nos rodean.
Estas son unas normas básicas:
Cubra su boca y nariz al toser y estornude en pañuelos de papel y tírelos a la basura.
Si no tiene pañuelo de papel, tosa y estornude sobre la manga de su camisa para no contaminarse las manos.
Evite tocarse con las manos los ojos, la nariz o la boca.
Lávese las manos frecuentemente con jabón (durante 15-20 segundos) y, sobre todo, después de toser o estornudar.
No comparta objetos personales de higiene o aseo (vasos, toallas…).
Ventile diariamente la casa, habitaciones y espacios comunes.
Limpie con frecuencia las superficies y objetos de uso común con productos de limpieza habituales (ropa, vajilla, encimeras, baño, pomos, juguetes, teléfonos…).