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Medio: SerasMama.com
Fecha: 17/02/2016
Autor: Serás Mamá
Cita: Roberto San Antonio Abad, Presidente de la Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (APTN_COFENAT).
Tipo: Prensa
Experto: Roberto San Antonio Abad.
Shiatsu y embarazo.
Shiatsu y embarazo.
Roberto San Antonio Abad, Presidente de la Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (APTN_COFENAT), nos explica en este artículo los beneficios que puede tener el shiatsu en el embarazo.
¿Cómo nos pueden ayudar el Shiatsu en el embarazo?
Para la futura madre, la gestación es uno de los momentos más maravillosos de su vida, pero también representa un proceso muy importante para la pareja. Desde el momento de quedar embarazada, en el cuerpo de la mujer no sólo tienen lugar cambios hormonales y químicos; dentro del útero se desarrolla día a día, momento a momento, un ser vivo con rasgos físicos y psíquicos comunes a sus antecesores, genéticamente similares a sus padres pero con características propias, un nuevo ser humano.
A lo largo de 39 semanas de embarazo, la nueva vida crece muy deprisa. Al final de la octava semana, el embrión se convierte en feto y el cuerpo de la madre tiene que ir adaptándose, tanto para proporcionarle comodidad en su desarrollo como para permitirle, al final del proceso, la salida al exterior. Ésta adaptación materna implica unas modificaciones físicas que pueden provocar patologías más o menos leves en el transcurso del embarazo.
En primer lugar, el aumento de peso y de volumen provocan una sobrecarga sobre todo en la región lumbar, por eso, muchas veces la embarazada padece lumbalgia y ello se debe a la recolocación de la columna vertebral.  En algunos casos, la modificación de las vértebras puede producir a su vez un pinzamiento en el nervio ciático, mala circulación en las piernas e hinchazón en los tobillos, varices, etc.
Aunque es posible utilizar fármacos prescritos por el especialista para combatir estos problemas, es muy conveniente tratarlas con métodos naturales. Se trata de aliviar las molestias causadas por el estado de gestación con los métodos más naturales posibles.
 
¿Qué es el Shiatsu?

Entre las terapias naturales hay una que, aunque sea relativamente desconocida, es especialmente adecuada para las gestantes. Se trata del Shiatsu. En japonés, Shiatsu significa “presión por dedos” y se trata de un masaje oriental en el que son precisamente los dedos los que ejercen la presión sobre unos puntos llamados de “acupuntura” del cuerpo, por eso es también es conocida como acupresión.
Esta terapia, de origen japonés, es un tratamiento en el que, al aplicar la presión con los dedos y las palmas de las manos sobre los puntos de acupuntura, corrige irregularidades, mantiene y mejora la salud, contribuye a aliviar ciertas enfermedades (molestias, dolores, estrés, trastornos nerviosos, etc.) y activa al mismo tiempo la capacidad de autocuración del cuerpo humano.
El Shiatsu es muy útil para reintegrar la vitalidad del cuerpo y también ayuda a regular el sistema hormonal, la circulación sanguínea, elimina desechos y disminuye la tensión muscular. También tiene mucha eficacia combatiendo el estrés y el insomnio.
Además, no tiene efectos secundarios. El principal objetivo del Shiatsu es poder prevenir el surgimiento de trastornos y enfermedades. Al ser una terapia oriental, su intención se encuentra vinculada a la prevención.
El objetivo principal del Shiatsu es conseguir el equilibrio necesario en nuestro cuerpo y poder así calmar muchos de los males que puedan presentarse; por eso, lo más importante es que la persona que esté siendo tratada se encuentre lo más relajada y cómoda posible.
Debido a que el Shiatsu no precisa de ningún elemento instrumental, puede ser aplicado en cualquier lugar y momento, pero es importante tener en cuenta que siempre resulta mucho más conveniente que sea llevado a cabo sobre alguna alfombra en el suelo.
Cuando se trata de aplicar el Shiatsu a una mujer embarazada, el  terapeuta debe estar especializado en esta área, ya que hay ciertos puntos que deben ser evitados. Durante los tratamientos, el terapeuta puede emplear diversas técnicas de masaje, incluyendo estiramientos y manipulación de las articulaciones.
Dada su inocuidad, el Shiatsu se puede aplicar desde el primer día del embarazo hasta el último, excepto el tercer día desde la fecundación, la tercera semana, y el tercer mes. Y esto se debe al hecho de que, para el Shiatsu, esos días son determinantes para la gestación y no es conveniente recibir ningún tipo de estimulación.

Antes del parto

La idea general del especialista en Shiatsu cuando trata a una embarazada es conseguir una mejor armonización de la situación cambiante de su cuerpo con sus emociones, al tiempo que procura que alcance un alto grado de relajación. Por supuesto, para ello es necesario aliviar síntomas típicos de este estado como la pesadez, los dolores de cabeza, la hinchazón de las piernas y articulaciones, la aparición de varices, las náuseas, los problemas digestivos o los dolores de espalda.
Y los efectos beneficiosos de esta técnica no sólo redundan en la embarazada ya que el bebé también se beneficiará del ambiente relajado del que disfrutará la madre y de la sensación de paz y bienestar que se prolongará después de cada sesión, logrando una mejor conexión con ella y fomentando una posición fetal óptima. Adicionalmente, se estimula el desarrollo sensorial del neonato.
Durante el parto
Normalmente, el Shiatsu no se aplica durante el parto, pero hay ciertas ocasiones en las que puede ser indicado, como por ejemplo cuando la madre está temerosa o asustada o cuando el parto se alarga mucho en el tiempo, ya que los masajes pueden ayudarle a relajase y revitalizarse.

Después del parto, el Shiatsu ayuda a la mujer tratando los posible dolores de espalda al facilitar la recuperación fisiológica, tonificar el abdomen y el suelo pélvico, además de mejorar la circulación y el flujo energético del cuerpo. Sus efectos relajantes también están indicados en el tratamiento de la depresión postparto, al aliviar el estrés y las consecuencias de una experiencia que puede resultar traumática en algunos casos. Si en las sesiones se incluye también al bebé, estas contribuirán su desarrollo emocional, al tiempo que ofrecen a madre e hijo la posibilidad de compartir una experiencia muy íntima.


 
Shiatsu y embarazo.