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Septiembre
Mon, 07 Feb 2022 00:30:00 +0100
La yemoterapia es una rama de la fitoterapia y se basa en la utilización de los brotes, las yemas frescas y las raicillas que se maceran en una mezcla de agua, alcohol y glicerina para obtener un extracto que se denomina “macerado glicerinado”.
La razón de que se utilizan estos solventes es que con el agua se extraen las vitaminas, sales minerales, flavonoides y taninos; con el alcohol, se separan los alcaloides, ácidos, vitaminas y glucósidos; y con la glicerina se obtienen los aceites esenciales, ceras, fenoles y gomas.
Es importante señalar que las yemas deben ser frescas porque si no es así, perderán parte de los elementos que constituyen los principios activos en que se basa esta técnica.
¿De dónde surge la Yemoterapia?
En los años 1950, el Dr. suizo Paúl Niehans estudió las células embrionarias frescas de origen animal y las utilizó a nivel terapéutico con éxito, aunque con algunas limitaciones. Una década más tarde, el Dr. Pol Henry, médico homeópata belga, aplicó al reino vegetal las observaciones de su colega Niehans, y estudió de manera sistemática una amplia serie de yemas de árboles. Observó que el recurso a células de origen vegetal hace desaparecer las limitaciones que se apreciaban con células animales en cuanto a producción y uso.
Su hipótesis es la siguiente: el meristema embrionario de la yema vegetal, formado por células indiferenciadas, contiene toda la energía informativa necesaria para el desarrollo del árbol. Colocó entonces unas yemas frescas en una mezcla de tres solventes (agua-alcohol-glicerina vegetal) perfectamente complementarios y les dejó macerar durante un mes. Consiguió así extraer la «quintaesencia» de la planta en forma de lo que denominó «macerado glicerinado estabilizado«.
A este nuevo método lo llamó «fito embrioterapia», aunque recibirá más adelante el nombre de «yemoterapia» al entrar de pleno derecho en el mundo de la fitoterapia contemporánea gracias al doctor francés Max Tétau. La palabra «yemoterapia» viene del latín gema, que significa a la vez brote vegetal o yema, piedra preciosa, sea de origen mineral u orgánico (ámbar o perla, por ejemplo).
¿Cómo se define la yemoterapia?
La yemoterapia consiste, pues, en el uso de tejidos embrionarios vegetales en crecimiento como, por ejemplo, brotes tiernos, yemas frescas o raicillas. Estos tejidos contienen toda la potencia energética de la futura planta, al ser tejidos «totipotentes» que se encuentran en fase de multiplicación celular muy intensa.
Estos brotes contienen una alta concentración en material genético, hormonas de crecimiento, vitaminas, oligoelementos, minerales perfectamente bioasimilables y encimas, sin olvidar la savia. La presencia de este cóctel concentrado en los extractos explica las asombrosas propiedades de los productos finales en materia de estimulación, regeneración y drenaje celular.
Extractos de yemas y brotes frescos
La yemoterapia autentica (tal y como fue definida por su creador, el doctor Pol Henry) propone hoy en día dos formas de extractos:
-Los extractos unitarios, también denominados macerados glicerinados concentrados o macerados madre. Contienen todas las propiedades de las yemas de una sola especie botánica y se recomiendan para aplicaciones terapéuticas precisas. Se propone hoy en día una cuarentena de productos diferentes, debidamente notificados a nivel europeo.

-Los complejos de yemoterapia o «yemocomplejos». Ofrecen una combinación armoniosa de yemas, determinada según observaciones de fitosociología (o sea, cómo se combinan entre sí los vegetales de manera espontánea en la naturaleza), de bioquímica o de datos clínicos para problemas específicos. Estos complejos pueden también contener otras formas galénicas (aceites esenciales o tinturas madres) o incluso oligoelementos.
Un yelmo complejo bien conseguido (o sea, activo) será superior a la suma de sus partes y, por ello, se debe observar un efecto real de sinergia energética y terapéutica entre sus constituyentes. Existen hoy en día veinte yemo complejos validados por la A.I.G. (Association Internationale de Gemmothérapie).
Estos productos tienen el estatuto legal de complemento alimenticio y se pueden vender libremente, tanto en farmacias como en herbolarios, normalmente en presentaciones de frascos de 15 o 50 ml. No es el caso de otro modo de preparación de las yemas, que recorre a una dilución D1 y se asimila por lo tanto a un remedio homeopático. Esta forma galénica esta descrita en la farmacopea francesa y posee el estatuto de medicamento.
Modo de empleo y posología
Cualquier producto de yemoterapia se absorbe exclusivamente por vía oral, en toma directa sobre la lengua, conservando el líquido en la boca unos segundos a modo de enjuague antes de tragarlo. La posología normalmente recomendada es de 5 gotas, 3 veces al día, fuera de las comidas.
La duración habitual mínima de un tratamiento es de 3 semanas. Se recomienda idealmente un tratamiento de 3 meses, con una parada (ventana terapéutica) de una semana cada 3.
Normas de calidad en yemoterapia
Numerosas marcas proponen gamas de extractos de yemas, así como yemo complejos que contienen una gran variedad de otras substancias… o de solventes. Sin embargo, estas combinaciones pueden hacer que todo el sector de la yemoterapia pierda su credibilidad, porque la potencia de estas mezclas es muy reducida en comparación con las preparaciones de la yemoterapia clásica.
Por esta razón, la A.I.G. publicó, a finales de 2015, unas normas de calidad estrictas, basadas en la detección y la valoración cuantitativa de unos marcadores específicos para cada macerado madre conocido. Se trata de una amplia lista de flavonoides, y se exige que, en los extractos, según la planta estudiada, se encuentre una concentración mínima en varias de estas moléculas para poder garantizar un efecto terapéutico eficiente.
www.cofenat.es
¿Qué es la Yemoterapia?

07 de febrero de 2022
La yemoterapia es una rama de la fitoterapia y se basa en la utilización de los brotes, las yemas frescas y las raicillas que se maceran en una mezcla de agua, alcohol y glicerina para obtener un extracto que se denomina “macerado glicerinado”.
La razón de que se utilizan estos solventes es que con el agua se extraen las vitaminas, sales minerales, flavonoides y taninos; con el alcohol, se separan los alcaloides, ácidos, vitaminas y glucósidos; y con la glicerina se obtienen los aceites esenciales, ceras, fenoles y gomas.
Es importante señalar que las yemas deben ser frescas porque si no es así, perderán parte de los elementos que constituyen los principios activos en que se basa esta técnica.
¿De dónde surge la Yemoterapia?
En los años 1950, el Dr. suizo Paúl Niehans estudió las células embrionarias frescas de origen animal y las utilizó a nivel terapéutico con éxito, aunque con algunas limitaciones. Una década más tarde, el Dr. Pol Henry, médico homeópata belga, aplicó al reino vegetal las observaciones de su colega Niehans, y estudió de manera sistemática una amplia serie de yemas de árboles. Observó que el recurso a células de origen vegetal hace desaparecer las limitaciones que se apreciaban con células animales en cuanto a producción y uso.
Su hipótesis es la siguiente: el meristema embrionario de la yema vegetal, formado por células indiferenciadas, contiene toda la energía informativa necesaria para el desarrollo del árbol. Colocó entonces unas yemas frescas en una mezcla de tres solventes (agua-alcohol-glicerina vegetal) perfectamente complementarios y les dejó macerar durante un mes. Consiguió así extraer la «quintaesencia» de la planta en forma de lo que denominó «macerado glicerinado estabilizado«.
A este nuevo método lo llamó «fito embrioterapia», aunque recibirá más adelante el nombre de «yemoterapia» al entrar de pleno derecho en el mundo de la fitoterapia contemporánea gracias al doctor francés Max Tétau. La palabra «yemoterapia» viene del latín gema, que significa a la vez brote vegetal o yema, piedra preciosa, sea de origen mineral u orgánico (ámbar o perla, por ejemplo).
¿Cómo se define la yemoterapia?
La yemoterapia consiste, pues, en el uso de tejidos embrionarios vegetales en crecimiento como, por ejemplo, brotes tiernos, yemas frescas o raicillas. Estos tejidos contienen toda la potencia energética de la futura planta, al ser tejidos «totipotentes» que se encuentran en fase de multiplicación celular muy intensa.
Estos brotes contienen una alta concentración en material genético, hormonas de crecimiento, vitaminas, oligoelementos, minerales perfectamente bioasimilables y encimas, sin olvidar la savia. La presencia de este cóctel concentrado en los extractos explica las asombrosas propiedades de los productos finales en materia de estimulación, regeneración y drenaje celular.
Extractos de yemas y brotes frescos
La yemoterapia autentica (tal y como fue definida por su creador, el doctor Pol Henry) propone hoy en día dos formas de extractos:
-Los extractos unitarios, también denominados macerados glicerinados concentrados o macerados madre. Contienen todas las propiedades de las yemas de una sola especie botánica y se recomiendan para aplicaciones terapéuticas precisas. Se propone hoy en día una cuarentena de productos diferentes, debidamente notificados a nivel europeo.

-Los complejos de yemoterapia o «yemocomplejos». Ofrecen una combinación armoniosa de yemas, determinada según observaciones de fitosociología (o sea, cómo se combinan entre sí los vegetales de manera espontánea en la naturaleza), de bioquímica o de datos clínicos para problemas específicos. Estos complejos pueden también contener otras formas galénicas (aceites esenciales o tinturas madres) o incluso oligoelementos.
Un yelmo complejo bien conseguido (o sea, activo) será superior a la suma de sus partes y, por ello, se debe observar un efecto real de sinergia energética y terapéutica entre sus constituyentes. Existen hoy en día veinte yemo complejos validados por la A.I.G. (Association Internationale de Gemmothérapie).
Estos productos tienen el estatuto legal de complemento alimenticio y se pueden vender libremente, tanto en farmacias como en herbolarios, normalmente en presentaciones de frascos de 15 o 50 ml. No es el caso de otro modo de preparación de las yemas, que recorre a una dilución D1 y se asimila por lo tanto a un remedio homeopático. Esta forma galénica esta descrita en la farmacopea francesa y posee el estatuto de medicamento.
Modo de empleo y posología
Cualquier producto de yemoterapia se absorbe exclusivamente por vía oral, en toma directa sobre la lengua, conservando el líquido en la boca unos segundos a modo de enjuague antes de tragarlo. La posología normalmente recomendada es de 5 gotas, 3 veces al día, fuera de las comidas.
La duración habitual mínima de un tratamiento es de 3 semanas. Se recomienda idealmente un tratamiento de 3 meses, con una parada (ventana terapéutica) de una semana cada 3.
Normas de calidad en yemoterapia
Numerosas marcas proponen gamas de extractos de yemas, así como yemo complejos que contienen una gran variedad de otras substancias… o de solventes. Sin embargo, estas combinaciones pueden hacer que todo el sector de la yemoterapia pierda su credibilidad, porque la potencia de estas mezclas es muy reducida en comparación con las preparaciones de la yemoterapia clásica.
Por esta razón, la A.I.G. publicó, a finales de 2015, unas normas de calidad estrictas, basadas en la detección y la valoración cuantitativa de unos marcadores específicos para cada macerado madre conocido. Se trata de una amplia lista de flavonoides, y se exige que, en los extractos, según la planta estudiada, se encuentre una concentración mínima en varias de estas moléculas para poder garantizar un efecto terapéutico eficiente.
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