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APTN_Cofenat Thu, 27 May 2021 02:30:00 +0200

Fascioterapia

Fascioterapia
27 de mayo de 2021
La Fascioterapia nace de la carencia que existe en las terapias manuales, de tratamientos corporales globales. Se utilizan como herramienta las manos para adaptarse a los distintos planos, y no técnicas que a veces son difíciles de aplicar y son más empíricas que efectivas.

Partiendo de la pérdida de elasticidad del tejido conectivo como lesión mecánica, la Fascioterapia valora el cuerpo en su conjunto. Integra las partes anatómicas locales de planos de tejido afectado, diferenciando la lesión mecánica funcional de la refleja, así como los estados agudos o crónicos, y los mecanismos de defensa (contractura reaccional).

Cuando se ha realizado el estudio local de las zonas lesionadas, se relaciona mecánicamente con la palanca o extremidad y su sistema de compensación, así como la implicación vertebral correspondiente.

A nivel reflejo se revisa la columna en la zona de pérdida de elasticidad y raíces afectadas, previa valoración de la zona local de afectación.

En las cavidades (torácica o abdominal) se descarta el problema local o reflejo, para integrarlo en las zonas locales del estudio del aparato musculoesquelético.

Podemos decir, que la Fascioterapia es el estudio, valoración y tratamiento del tejido conectivo en su globalidad, aplicado al cuerpo como unidad funcional, adaptándose por planos a sus condiciones anatómicas y fisiológicas para eliminar las adherencias y la pérdida de elasticidad, con la consiguiente mejoría de la circulación tisular y metabolismo celular además de recuperar la movilidad.

Poniendo unos ejemplos; en el aparato musculoesquelético, si valoramos el movimiento pasivo de una articulación, podemos saber si permite la holgura fisiológica de adaptación, de no ser así, nos confirma el lado de presión articular y la pérdida de elasticidad de la cápsula y ligamentos locales.


Si seguimos los músculos de palanca larga de inserción a origen de la parte afectada, podemos comprobar su alteración en arcos de movilidad y planos de adherencia de la zona subcutánea, hasta llegar al sistema de compensación en la unión articular con esa palanca, y su solicitación con la columna vertebral, comprobando la lesión mecánica de las articulaciones de paso. En caso de no existir pérdida de elasticidad, podemos seguir la parte informativa refleja, desde la zona diana (lesión) hasta su raíz vertebral, valorando por planos las zonas implicadas de pérdida de elasticidad.

Diferenciándose las lesiones mecánicas de las informativas, y en dependencia de la fase aguda o crónica, se sigue un orden de tratamiento.

En el caso de las crónicas, se va a tratar de lo más resistente a lo menos, y de lo superficial a lo profundo, sin utilizar técnicas. Con la aplicación directa de la mano elastificamos los planos subcutáneos, musculares y adherencias profundas. Con la palanca en la dirección a la solicitación ligamentosa y capsular, trabajamos la articulación, con un apoyo directo a nivel epifisario, para evitar los mecanismos de defensa en la musculatura antagónica.

En las agudas se trabaja periféricamente para evitar el dolor y la reacción.





A nivel de la cavidad abdominal y torácica, se valoran las fascias parietales comprobando las adherencias e implicación de los órganos, y como afectan a la estructura que las sujeta como si fuera una percha. Se comprueba también la elasticidad de las membranas que unen los órganos del peritoneo, marcando previa integración por planos, el orden de tratamiento igual que en la estructura, trabajando en primer lugar la columna y después la parte visceral.

A nivel cerebroespinal, se utiliza la valoración de sus palancas óseas, basándose en el impulso rítmico craneal, para comprobar la pérdida de elasticidad de sus cubiertas, diafragmas y suturas, restableciendo las lesiones de lo más a lo menos resistente.

La Fascioterapia tiene un hilo conductor que permite el tratamiento global del cuerpo, utilizando como herramienta las manos y el conocimiento anatómico por planos del tejido conectivo, previa integración y relación a nivel mecánico y reflejo, para sintetizar la zona corporal afectada y así centrarnos en las lesiones y poder marcar su orden adaptándonos de forma personalizada.

No nos olvidemos, que las lesiones de pérdida de movilidad afectan al tejido conectivo en primer lugar, implicando a las superficies de deslizamiento y la elasticidad de su sistema suspensor, así como el de protección externo a nivel de piel.

La dificultad que encuentra un especialista en la terapia manual, es  sintetizar las zonas afectadas, para poder dirigirse por planos de forma individual, sin perder tiempo, y estando seguro del orden a seguir.

Esto se consigue con la integración local del sistema a valorar, sea el aparato musculoesquelético, el sistema visceral o cerebroespinal, así como la relación de dichos sistemas, como lesión mecánica o refleja. Con ello se unen las piezas que van a marcar la unidad, diferenciando las lesiones como pérdida de elasticidad y las compensaciones como contracturas permanentes en las articulaciones o los órganos (musculatura estriada o lisa), que son antagónicas a la lesión (pérdida de elasticidad).

El tratamiento va dirigido a la zona afectada adaptándose a la fase aguda o crónica, con el tejido que ha marcado la integración y relación, el tejido conectivo o fascias.

Las Fascias unen las distintas zonas del organismo, pero no tienen la misma función, unas son de protección, otras de relación posicional, otras de sostén o suspensión, etc, por lo que el profesional tiene que conocer muy bien su fisiología y la biomecánica para poder adaptarse a los distintos planos.

Fuente:naturalrevista

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