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Lo Qué Necesitas Saber Sobre el Sulfato de Glucosamina
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Thu, 21 Nov 2019 11:10:59 +0100
21 de noviembre de 2019
LO QUE NECESITAS SABER SOBRE EL SULFATO DE GLUCOSAMINA
GENERALIDADES
La glucosamina es un aminoácido endógeno, con síntesis de glucosa, glicoproteínas, glicolípidos, hialuronatos y glucosaminoglicanos.
Hay tipos de glucosamina, clorhidrato de glucosamina y la glucosamina acetilada, aunque son parecidos estas pueden tener diferencias. La forma más común de ingesta en suplemento dietético es el sulfato de glucosamina, esta forma es la más utilizada y por lo tanto sobre la que se tiene más información, por lo cual este artículo va dirigido expresamente a ella.

ORIGEN
El sulfato de glucosamina se encuentra dentro de nuestro organismo, en el denso líquido articular sinovial que rodea las articulaciones y contribuye a formar tendones, cartílago y ligamentos.
También está presente en animales, aves, mamíferos, etc. sobretodo en zonas que contienen huesos cartilaginosos de superficie articular y también en algunos de origen marino como el caparazón de los mariscos.
El origen del sulfato puede ser muy variado ya que también se puede ser de origen vegetal o creada en un laboratorio, esto hace que la procedencia de unos u otros sea la elección preferente del consumidor en función de si quiere obtenerlo de la alimentación, de un suplemento, o si por ejemplo es vegano.
¿PARA QUÉ SIRVE?
El uso más común es en aquellas personas que padecen osteoartrosis y/o osteoartritis ya que en estas patologías la superficie articular de líquido y cartílago se encuentra reducida generando roce, inflamación, dolor etc.
Se usa para dolores y patologías no solo de tipo degenerativo/articular si no de todo tipo como cistitis intersticial, glaucoma, esclerosis múltiple, artritis, artrosis, gonalgias, lumbalgias, artritis reumatoide…..
El sulfato de glucosamina ayuda lubricando y regenerando estas estructuras pudiendo así mejorar la calidad de vida de la persona, pero cuando puede ser más útil es cuando este proceso está iniciando, antes de que se manifieste de forma muy aguda.
Al ser bueno para los ligamentos y tendones es muy recomendable para personas deportistas no solo por su rendimiento si no a nivel preventivo dotando de elasticidad a dichos tejidos para minimizar las distensiones, desgarros, inflamaciones y el desgaste
¿COMO SE USA?
Todos aquellos que necesiten un aporte extra pueden optar por diferentes opciones según sea su necesidad, se puede obtener a través de la alimentación, optando por alimentos ricos en sulfato de glucosamina, bien en preparados de los laboratorios, ya sea en polvos, cápsulas o pastillas que pueden tener un distinto origen sobre el cual podemos pedir informacion detallada al fabricante, o incluso de uso local, como cremas o parches.
Estas son algunas de las formas para disponer de él, pero sin duda la más frecuente y aconsejable, es en forma de suplemento ya que nos aseguramos tomar todos los días la cantidad adecuada y podemos combinar esta sustancia con otras que refuercen su acción.
Las sustancias con las que se suelen combinar son; el sulfato de condroitina, el metilsulfonilmetano, el cartilago de tiburon, el ácido hialuronico o la curcuma entre otros.
Aunque creemos que los suplementos son la forma más correcta para las personas con necesidades extra, también es justo decir, que no todos los fabricantes indican en la etiqueta que tipo de glucosamina y que origen tiene, por lo que podemos encontrarnos productos que no tengan sulfato de glucosamina y que esta sea clorhidrato de glucosamina o glucosamina acetilada.
Aunque estas otras variantes de glucosamina no sean malas y esta práctica sea legal, como comentábamos inicialmente, el sulfato es el más usado y por lo tanto el que más garantías nos ofrece, por eso es vital ponernos en manos de un especialista que nos asesore correctamente.

POSOLOGÍA
Hemos de respetar siempre las indicaciones del fabricante, pues ellos son los que mejor conocen su producto, las cantidades de principio activo pueden variar entre los 1000 y 1500 mg al día, pero según cómo se libere dicho principio activo puede ser en una toma única o varias.
Igualmente debemos seguir con las pautas en cuanto a duración del tratamiento, que suele ser unos 2-3 meses de toma y 1-2 de descanso, hay que tener en cuenta que tenemos que dar tiempo a que este producto se acumule, ya que no es un fármaco y no suele producir efectos inmediatos.
Lo mejor y más seguro en estos casos es no experimentar, ya que los experimentos se hacen previamente en los laboratorios para conseguir su máxima eficacia, esto puede parecer obvio pero no es así, ya que algunas personas creen que notan mejoras decidiendo por ellas mismas y esto resulta menos eficaz, además que puede llegar a ser incluso peligroso.
CONTRAINDICACIONES
El sulfato de glucosamina es seguro siempre y cuando se ingiera en adultos en la forma y cantidad adecuada aunque no está exento de posibles efectos adversos.
Normalmente los trastornos que pueden provocar son raros y de poca trascendencia como pueden ser, pequeñas alteraciones estomacales, náuseas, acidez estomacal o alteraciones gastrointestinales, por eso suele aconsejarse su ingesta antes de las comidas para prevenir esas molestias digestivas.
Hay que tener precaución con las alergias, ya que muchos productos que contienen como base el sulfato de glucosamina pueden contener cangrejo, langosta y muchos otros moluscos que suelen ser alérgenos muy comunes.
También hemos de tener en cuenta las interacciones con otros fármacos como son algunos anticoagulantes o antimicóticos y aunque no hay consenso, algunos autores no consideran descartado su influencia negativa en pacientes con diabetes mellitus ni con asma, por eso es recomendable ser prudentes y realizarnos controles de azúcar si somos diabéticos, así que, si al leer este artículo consideras que puede ser beneficioso para ti, consulta siempre con un profesional.
COFENAT
www.cofenat.es
GENERALIDADES
La glucosamina es un aminoácido endógeno, con síntesis de glucosa, glicoproteínas, glicolípidos, hialuronatos y glucosaminoglicanos.
Hay tipos de glucosamina, clorhidrato de glucosamina y la glucosamina acetilada, aunque son parecidos estas pueden tener diferencias. La forma más común de ingesta en suplemento dietético es el sulfato de glucosamina, esta forma es la más utilizada y por lo tanto sobre la que se tiene más información, por lo cual este artículo va dirigido expresamente a ella.

ORIGEN
El sulfato de glucosamina se encuentra dentro de nuestro organismo, en el denso líquido articular sinovial que rodea las articulaciones y contribuye a formar tendones, cartílago y ligamentos.
También está presente en animales, aves, mamíferos, etc. sobretodo en zonas que contienen huesos cartilaginosos de superficie articular y también en algunos de origen marino como el caparazón de los mariscos.
El origen del sulfato puede ser muy variado ya que también se puede ser de origen vegetal o creada en un laboratorio, esto hace que la procedencia de unos u otros sea la elección preferente del consumidor en función de si quiere obtenerlo de la alimentación, de un suplemento, o si por ejemplo es vegano.
¿PARA QUÉ SIRVE?
El uso más común es en aquellas personas que padecen osteoartrosis y/o osteoartritis ya que en estas patologías la superficie articular de líquido y cartílago se encuentra reducida generando roce, inflamación, dolor etc.
Se usa para dolores y patologías no solo de tipo degenerativo/articular si no de todo tipo como cistitis intersticial, glaucoma, esclerosis múltiple, artritis, artrosis, gonalgias, lumbalgias, artritis reumatoide…..
El sulfato de glucosamina ayuda lubricando y regenerando estas estructuras pudiendo así mejorar la calidad de vida de la persona, pero cuando puede ser más útil es cuando este proceso está iniciando, antes de que se manifieste de forma muy aguda.
Al ser bueno para los ligamentos y tendones es muy recomendable para personas deportistas no solo por su rendimiento si no a nivel preventivo dotando de elasticidad a dichos tejidos para minimizar las distensiones, desgarros, inflamaciones y el desgaste
¿COMO SE USA?
Todos aquellos que necesiten un aporte extra pueden optar por diferentes opciones según sea su necesidad, se puede obtener a través de la alimentación, optando por alimentos ricos en sulfato de glucosamina, bien en preparados de los laboratorios, ya sea en polvos, cápsulas o pastillas que pueden tener un distinto origen sobre el cual podemos pedir informacion detallada al fabricante, o incluso de uso local, como cremas o parches.
Estas son algunas de las formas para disponer de él, pero sin duda la más frecuente y aconsejable, es en forma de suplemento ya que nos aseguramos tomar todos los días la cantidad adecuada y podemos combinar esta sustancia con otras que refuercen su acción.
Las sustancias con las que se suelen combinar son; el sulfato de condroitina, el metilsulfonilmetano, el cartilago de tiburon, el ácido hialuronico o la curcuma entre otros.
Aunque creemos que los suplementos son la forma más correcta para las personas con necesidades extra, también es justo decir, que no todos los fabricantes indican en la etiqueta que tipo de glucosamina y que origen tiene, por lo que podemos encontrarnos productos que no tengan sulfato de glucosamina y que esta sea clorhidrato de glucosamina o glucosamina acetilada.
Aunque estas otras variantes de glucosamina no sean malas y esta práctica sea legal, como comentábamos inicialmente, el sulfato es el más usado y por lo tanto el que más garantías nos ofrece, por eso es vital ponernos en manos de un especialista que nos asesore correctamente.

POSOLOGÍA
Hemos de respetar siempre las indicaciones del fabricante, pues ellos son los que mejor conocen su producto, las cantidades de principio activo pueden variar entre los 1000 y 1500 mg al día, pero según cómo se libere dicho principio activo puede ser en una toma única o varias.
Igualmente debemos seguir con las pautas en cuanto a duración del tratamiento, que suele ser unos 2-3 meses de toma y 1-2 de descanso, hay que tener en cuenta que tenemos que dar tiempo a que este producto se acumule, ya que no es un fármaco y no suele producir efectos inmediatos.
Lo mejor y más seguro en estos casos es no experimentar, ya que los experimentos se hacen previamente en los laboratorios para conseguir su máxima eficacia, esto puede parecer obvio pero no es así, ya que algunas personas creen que notan mejoras decidiendo por ellas mismas y esto resulta menos eficaz, además que puede llegar a ser incluso peligroso.
CONTRAINDICACIONES
El sulfato de glucosamina es seguro siempre y cuando se ingiera en adultos en la forma y cantidad adecuada aunque no está exento de posibles efectos adversos.
Normalmente los trastornos que pueden provocar son raros y de poca trascendencia como pueden ser, pequeñas alteraciones estomacales, náuseas, acidez estomacal o alteraciones gastrointestinales, por eso suele aconsejarse su ingesta antes de las comidas para prevenir esas molestias digestivas.
Hay que tener precaución con las alergias, ya que muchos productos que contienen como base el sulfato de glucosamina pueden contener cangrejo, langosta y muchos otros moluscos que suelen ser alérgenos muy comunes.
También hemos de tener en cuenta las interacciones con otros fármacos como son algunos anticoagulantes o antimicóticos y aunque no hay consenso, algunos autores no consideran descartado su influencia negativa en pacientes con diabetes mellitus ni con asma, por eso es recomendable ser prudentes y realizarnos controles de azúcar si somos diabéticos, así que, si al leer este artículo consideras que puede ser beneficioso para ti, consulta siempre con un profesional.
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