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Thu, 05 Oct 2023 00:30:00 +0200
Polifenoles contra el envejecimiento
05 de octubre de 2023
El ser humano tiene como reto colectivo luchar contra la vejez, la enfermedad y la muerte.
Lo hace desde el principio de los tiempos. El envejecimiento comienza cuando la máquina orgánica que nos constituye comienza a deteriorarse y fallar. Nuestras células, órganos y sistemas envejecen, se deterioran y dejan de funcionar provocando errores en cadena que van acelerando el proceso de deterioro físico, psíquico y orgánico, que llamamos vejez.
Pero no debe ocurrir siempre de la misma forma y a la misma velocidad para todos. Lo que se ha comprobado es que podemos ganarle años a la vida trabajando desde nuestro interior, consiguiendo que el deterioro se ralentice o incluso se detenga. Uno de los aspectos fundamentales que debemos considerar a la hora de vencer al reloj biológico es cuidar nuestra alimentación.
Una mala alimentación hace que nuestras células se dañen, enfermen, y en consecuencia nuestro organismo se deteriore. El resultado de una mala alimentación es un acelerado envejecimiento. Pero ese proceso es del todo reversible. La investigación científica destaca la capacidad de los polifenoles para proteger al organismo contra los trastornos asociados con la edad a través de su capacidad de proteger a las células del estrés oxidativo y de activar el gen antienvejecimiento.
Los polifenoles a dosis altas actúan como antioxidantes y antiinflamatorios ayudando a alargar la vida. Son tan abundantes en la naturaleza que están en la gran mayoría de alimentos vegetales. Encontramos polifenoles en frutas, verduras, nueces y bayas, semillas, en las flores y en la corteza de plantas. Las fuentes dietéticas de suministro de polifenoles son variadas, diversas y abundantes.
Encontramos flavonoides en legumbres como lentejas, guisantes y soja, quercetina y miricetina en tomate, cebolla, ajos y pimientos, flavanonas en frutas cítricas, antocianidinas en bayas y cerezas. En el cacao, vino tinto, cerveza y aceite de oliva encontramos polifenoles antioxidantes de diferentes tipos como taninos, galocatequinas y resveratrol. Frutas y verduras de color rojo y morado son fuente abundante de quercetina, kanferol y hesperetina, como la remolacha, berenjena, uva, fresas, frambuesas y arándanos, y el ácido elágico está en las granadas.
El café es muy rico en ácidos fenólicos como el ácido cafeico, ácido ferúlico y ácido p-cumárico. Cuantos más polifenoles consumimos mejor protegemos nuestra salud. Consumir polifenoles reduce el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades pulmonares, las enfermedades neurodegenerativas, y la osteoporosis.
Las catequinas del té y otros polifenoles han demostrado su potencial antidiabético. Los polifenoles pueden ofrecer protección contra el cáncer de estómago, colon, hígado, pulmón y mama. El resveratrol y la quercetina están siendo estudiadas por sus efectos protectores contra el cáncer y por sus propiedades antienvejecimiento.
El consumo de una dieta abundante en polifenoles reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, ya que inhiben la oxidación del colesterol LDL. Los polifenoles de las frutas y verduras son muy importantes al retrasar la aparición de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. A diferencia de los fármacos y productos de síntesis usados para frenar los procesos degenerativos y de envejecimiento, los polifenoles no presentan ningún efecto adverso. Por ser parte integrante y natural de los alimentos vegetales los podemos consumir en grandes cantidades sin riesgo alguno para nuestra salud.
Fuente:
Artículo patrocinado por COFENAT para la revista bioecoactual, escrito por Raúl Martínez, Dietista-Nutricionista, biólogo.
www.cofenat.es
Fuente imágenes:
Qualinova
Lo hace desde el principio de los tiempos. El envejecimiento comienza cuando la máquina orgánica que nos constituye comienza a deteriorarse y fallar. Nuestras células, órganos y sistemas envejecen, se deterioran y dejan de funcionar provocando errores en cadena que van acelerando el proceso de deterioro físico, psíquico y orgánico, que llamamos vejez.
Pero no debe ocurrir siempre de la misma forma y a la misma velocidad para todos. Lo que se ha comprobado es que podemos ganarle años a la vida trabajando desde nuestro interior, consiguiendo que el deterioro se ralentice o incluso se detenga. Uno de los aspectos fundamentales que debemos considerar a la hora de vencer al reloj biológico es cuidar nuestra alimentación.
Una mala alimentación hace que nuestras células se dañen, enfermen, y en consecuencia nuestro organismo se deteriore. El resultado de una mala alimentación es un acelerado envejecimiento. Pero ese proceso es del todo reversible. La investigación científica destaca la capacidad de los polifenoles para proteger al organismo contra los trastornos asociados con la edad a través de su capacidad de proteger a las células del estrés oxidativo y de activar el gen antienvejecimiento.
Los polifenoles a dosis altas actúan como antioxidantes y antiinflamatorios ayudando a alargar la vida. Son tan abundantes en la naturaleza que están en la gran mayoría de alimentos vegetales. Encontramos polifenoles en frutas, verduras, nueces y bayas, semillas, en las flores y en la corteza de plantas. Las fuentes dietéticas de suministro de polifenoles son variadas, diversas y abundantes.
Encontramos flavonoides en legumbres como lentejas, guisantes y soja, quercetina y miricetina en tomate, cebolla, ajos y pimientos, flavanonas en frutas cítricas, antocianidinas en bayas y cerezas. En el cacao, vino tinto, cerveza y aceite de oliva encontramos polifenoles antioxidantes de diferentes tipos como taninos, galocatequinas y resveratrol. Frutas y verduras de color rojo y morado son fuente abundante de quercetina, kanferol y hesperetina, como la remolacha, berenjena, uva, fresas, frambuesas y arándanos, y el ácido elágico está en las granadas.
El café es muy rico en ácidos fenólicos como el ácido cafeico, ácido ferúlico y ácido p-cumárico. Cuantos más polifenoles consumimos mejor protegemos nuestra salud. Consumir polifenoles reduce el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades pulmonares, las enfermedades neurodegenerativas, y la osteoporosis.
Las catequinas del té y otros polifenoles han demostrado su potencial antidiabético. Los polifenoles pueden ofrecer protección contra el cáncer de estómago, colon, hígado, pulmón y mama. El resveratrol y la quercetina están siendo estudiadas por sus efectos protectores contra el cáncer y por sus propiedades antienvejecimiento.
El consumo de una dieta abundante en polifenoles reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, ya que inhiben la oxidación del colesterol LDL. Los polifenoles de las frutas y verduras son muy importantes al retrasar la aparición de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. A diferencia de los fármacos y productos de síntesis usados para frenar los procesos degenerativos y de envejecimiento, los polifenoles no presentan ningún efecto adverso. Por ser parte integrante y natural de los alimentos vegetales los podemos consumir en grandes cantidades sin riesgo alguno para nuestra salud.
Fuente:
Artículo patrocinado por COFENAT para la revista bioecoactual, escrito por Raúl Martínez, Dietista-Nutricionista, biólogo.
www.cofenat.es
Fuente imágenes:
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