Medicina integrativa, naturopática y complementaria en el tratamiento del síndrome de fibromialgia

El síndrome de fibromialgia se clasifica como un síndrome somático funcional. Presenta grupos de síntomas típicos, aunque no claramente definidos, como dolor crónico generalizado, sueño no reparador y tendencia al agotamiento físico o mental.

El principio fundamental del tratamiento en las directrices S3 es el tratamiento multimodal, especialmente para las formas graves de la enfermedad. Las terapias complementarias, naturopáticas e integrativas ocupan un lugar destacado en las directrices. Existen recomendaciones terapéuticas sólidas y con un alto consenso para el entrenamiento de resistencia, con pesas y funcional.

También se deben utilizar formas meditativas de movimiento, como el yoga o el qigong. Además de la falta de actividad física, la obesidad se considera un factor asociado al estilo de vida y se aborda en la terapia nutricional y la terapia de regulación. El objetivo principal es la activación y el redescubrimiento de la autoeficacia. Las aplicaciones de calor, como baños o duchas calientes, saunas, cabinas de infrarrojos o ejercicios en aguas termales templadas, se ajustan a las directrices.

Un campo de investigación actual es la hipertermia corporal total con radiación infrarroja A filtrada con agua.

Otras estrategias de autoayuda incluyen el cepillado en seco según la técnica Kneipp o el masaje con aceite de romero, malva o acónito para el dolor. Según las preferencias del paciente, también se pueden utilizar fitoterapias como tratamiento para el dolor (corteza de fresno, corteza de álamo temblón, vara de oro), para trastornos del sueño mediante envolturas inductoras del sueño (compresas de corazón de lavanda) y por vía interna (valeriana, cápsulas de aceite de lavanda, melisa).

La acupuntura (auricular o corporal) se considera parte de un concepto multimodal. 

Fuente:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37217810/

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